El shock anafiláctico, o anafilaxia, representa la forma más grave de reacción alérgica. Es una emergencia médica que se instaura rápidamente, a menudo en minutos, tras la exposición a un alérgeno y puede comprometer la vida si no se actúa de inmediato. Comprender cómo reconocer sus síntomas y aplicar los primeros auxilios correctos es fundamental.
La anafilaxia es una reacción alérgica sistémica, severa y de rápida aparición que puede ser mortal. Se desencadena cuando el sistema inmunitario reacciona de forma exagerada a una sustancia normalmente inofensiva (alérgeno), liberando una cascada de mediadores químicos, como la histamina. Estos mediadores provocan una serie de efectos en múltiples órganos y sistemas del cuerpo simultáneamente.
Diversas sustancias pueden desencadenar una reacción anafiláctica. Es vital conocer los posibles desencadenantes, especialmente si se tiene un historial de alergias. Algunos de los más frecuentes incluyen:
Los síntomas de la anafilaxia pueden variar de una persona a otra y de un episodio a otro, pero suelen aparecer rápidamente, en segundos o minutos tras la exposición al alérgeno. Es fundamental reconocerlos pronto:
A menudo son los primeros en aparecer.
Son especialmente peligrosos y requieren atención inmediata.
Indican un compromiso grave del sistema circulatorio.
Es importante destacar que no todos los síntomas tienen que estar presentes. La aparición de síntomas graves en dos o más sistemas corporales (piel, respiratorio, cardiovascular, gastrointestinal) tras la exposición a un posible alérgeno debe hacer sospechar una anafilaxia.
Ante la sospecha de un shock anafiláctico, cada segundo cuenta. Sigue estos pasos cruciales mientras llega la ayuda médica profesional:
Contacta inmediatamente con el servicio de emergencias médicas de tu localidad (por ejemplo, 112 en España, 911 en EE.UU. y otros países). Informa claramente que sospechas de una anafilaxia, menciona el posible alérgeno si lo conoces y describe los síntomas. No cuelgues hasta que te lo indiquen.
Si la persona afectada dispone de un autoinyector de epinefrina (adrenalina), adminístralo sin demora. Este es el tratamiento más importante y puede revertir los síntomas rápidamente.
Si los síntomas no mejoran o reaparecen después de 5-15 minutos, y se dispone de un segundo autoinyector, se puede administrar una segunda dosis.
La posición correcta ayuda a mantener el flujo sanguíneo a los órganos vitales:
Cubre a la persona con una manta para mantenerla caliente.
Vigila constantemente la respiración, el pulso y el nivel de conciencia de la persona hasta que llegue la ayuda médica.
Si la persona deja de respirar o su corazón deja de latir (no responde, no respira normalmente), comienza inmediatamente las maniobras de Reanimación Cardiopulmonar (RCP) si estás capacitado. Continúa hasta que lleguen los servicios de emergencia o la persona muestre signos de vida.
La anafilaxia afecta a múltiples sistemas corporales con diferente intensidad y velocidad. El siguiente gráfico ilustra una evaluación subjetiva de la gravedad potencial y la rapidez típica de aparición de los síntomas en diferentes sistemas durante un episodio anafiláctico. Una puntuación más alta indica mayor gravedad o rapidez.
Como se observa, los síntomas respiratorios y cardiovasculares suelen ser los más graves y de aparición más rápida, subrayando la necesidad de una intervención inmediata con epinefrina.
El siguiente diagrama mental resume los pasos esenciales a seguir ante un shock anafiláctico:
Aunque los primeros auxilios son vitales, toda persona que sufra una anafilaxia debe ser trasladada a un hospital para evaluación y tratamiento adicional, incluso si los síntomas mejoran tras la epinefrina inicial.
Los autoinyectores de epinefrina son dispositivos diseñados para que los pacientes o sus cuidadores puedan administrar una dosis de adrenalina de forma rápida y segura en caso de emergencia. Son fundamentales para personas con riesgo conocido de anafilaxia.
Imágenes mostrando distintos tipos de autoinyectores de epinefrina y la forma de aplicación.
Es crucial que las personas a las que se les prescribe un autoinyector:
Una vez superado el episodio agudo, la prevención es clave.
Tras una reacción anafiláctica, es fundamental consultar a un alergólogo para identificar la causa exacta mediante pruebas (cutáneas, análisis de sangre). Una vez identificado el alérgeno, la principal medida de prevención es evitar estrictamente la exposición a él.
El alergólogo proporcionará un plan de acción escrito que detalle los síntomas a vigilar, cuándo y cómo usar la epinefrina, y cuándo buscar atención médica. Es vital que el paciente, su familia, amigos, y el personal escolar o laboral conozcan este plan y sepan cómo actuar.
Llevar una pulsera o collar de alerta médica que indique la alergia específica y la condición de riesgo de anafilaxia puede ser vital en situaciones donde el paciente no pueda comunicarse.
Esta tabla resume algunos de los desencadenantes más frecuentes y dónde pueden encontrarse:
Alérgeno | Fuentes Comunes |
---|---|
Cacahuetes | Mantequilla de cacahuete, snacks, salsas, aceites, contaminación cruzada en alimentos procesados. |
Frutos Secos de Árbol | Nueces, almendras, avellanas, anacardos, pistachos, etc. Presentes en repostería, cereales, aceites, licores. |
Mariscos | Crustáceos (gambas, langostinos, cangrejos, langostas) y moluscos (mejillones, almejas, ostras, calamares). |
Pescado | Todo tipo de pescado. Cuidado con salsas (Worcestershire), aderezos y contaminación en utensilios de cocina. |
Leche de Vaca | Leche, queso, yogur, mantequilla, helados, muchos alimentos procesados y horneados. |
Huevo | Huevos enteros, clara o yema. Presente en mayonesa, repostería, pastas, algunas vacunas (consultar). |
Penicilina y Antibióticos Relacionados | Medicamentos prescritos. Es crucial informar al personal médico de cualquier alergia a fármacos. |
Picaduras de Himenópteros | Abejas, avispas, avispones, hormigas rojas. El veneno inyectado es el alérgeno. |
Látex | Guantes médicos/domésticos, globos, preservativos, algunos equipos deportivos y médicos. |
Para una comprensión más visual y detallada sobre qué es el shock anafiláctico, qué ocurre en el cuerpo y cómo actuar, te recomendamos el siguiente vídeo:
Este vídeo, presentado por un profesional médico, ofrece una explicación clara de los mecanismos fisiopatológicos de la anafilaxia, sus síntomas y los pasos fundamentales de los primeros auxilios, reforzando la información proporcionada en esta guía.
Una reacción alérgica común suele afectar un área localizada (p. ej., picor en la piel, estornudos) y no pone en peligro la vida. La anafilaxia es una reacción sistémica (afecta a todo el cuerpo), grave, de inicio rápido y potencialmente mortal que compromete las vías respiratorias, la circulación o ambos.
La epinefrina es el único medicamento que puede revertir rápidamente los síntomas más peligrosos de la anafilaxia. Contrae los vasos sanguíneos (subiendo la presión arterial), relaja la musculatura de las vías aéreas (facilitando la respiración), reduce la hinchazón y disminuye la liberación de mediadores inflamatorios. Los antihistamínicos o corticoides son tratamientos secundarios y no sustituyen a la epinefrina en la fase aguda.
Es la recurrencia de los síntomas anafilácticos horas después de que la reacción inicial haya desaparecido, sin una nueva exposición al alérgeno. Puede ocurrir hasta en un 20% de los casos, generalmente entre 1 y 72 horas después (más comúnmente en las primeras 8-12 horas). Esta es la razón principal por la que se requiere observación médica prolongada tras un episodio de anafilaxia.
Sí. Aunque es más común en personas con historial de alergias, la anafilaxia puede ocurrir en la primera exposición conocida a un alérgeno o en personas sin antecedentes alérgicos previos documentados. La sensibilización previa puede haber ocurrido sin síntomas evidentes.
En caso de duda, especialmente si hay síntomas respiratorios o cardiovasculares (dificultad para respirar, mareo, desmayo) tras una posible exposición a un alérgeno, es más seguro administrar la epinefrina si está disponible y llamar a emergencias. Los riesgos de no tratar la anafilaxia superan con creces los riesgos de administrar epinefrina innecesariamente.