Durante el embarazo es muy importante hacer elecciones seguras sobre qué consumir, ya que algunas infusiones pueden aportar beneficios, mientras que otras pueden representar riesgos para la madre y el bebé. Esta guía integral analiza varias infusiones comúnmente consumidas, destacando aquellas que se consideran seguras, las que se deben evitar y algunas recomendaciones generales basadas en diversas fuentes fidedignas.
Existen múltiples infusiones que se pueden consumir durante el embarazo de manera moderada, aunque siempre es importante hacerlo con precaución y, de ser posible, consultando con un profesional de la salud:
La manzanilla es conocida por sus propiedades digestivas y relajantes, lo que la hace una opción atractiva durante el embarazo para combatir la ansiedad y promover un sueño reparador. Su consumo en cantidades moderadas es generalmente seguro.
El jengibre es ampliamente recomendado para aliviar las náuseas matutinas y mejorar la digestión, especial durante el primer y segundo trimestre. Se debe consumir con precaución en dosis moderadas y, de ser posible, en forma de infusión ligera.
La tila es valorada por sus efectos calmantes y su capacidad para reducir la ansiedad, ayudando a promover un descanso más profundo y reparador. Como con cualquier otra infusión, la moderación es clave.
El té de rooibos es una excelente opción debido a su riqueza en antioxidantes y la ausencia de cafeína, lo que lo convierte en una alternativa segura para las mujeres embarazadas.
Las hojas de frambuesa se recomiendan generalmente a partir del segundo trimestre, y algunas fuentes indican su uso seguro después de la semana 24. Se cree que tonifican el útero y preparan el cuerpo para el parto, aunque su aplicación debe ser evaluada por un profesional.
Además de las infusiones más comunes, se encuentra que otras hierbas como el diente de león (por su contenido de potasio) y las infusiones a base de flor de azahar, pasiflora y melisa pueden ofrecer beneficios en cuanto a la relajación y manejo del estrés. No obstante, es recomendable consumirlas también en dosis moderadas.
Algunas infusiones contienen compuestos que pueden estimular el útero, aumentar la tensión arterial o resultar tóxicos, por lo que deben evitarse durante el embarazo para proteger tanto la salud de la madre como la del feto.
La salvia es una de las infusiones más señaladas para evitar durante el embarazo. Contiene componentes que pueden elevar la presión arterial y estimular contracciones uterinas, lo que aumenta el riesgo de aborto o parto prematuro.
El consumo de regaliz durante el embarazo se ha asociado con hipertensión y problemas relacionados con el parto prematuro. Este efecto se debe a la presencia de compuestos que pueden alterar el equilibrio hormonal y la presión en la madre.
El poleo, en especial el poleo-menta, es otra infusión que se debe evitar. Se ha reportado que la pulegona, uno de sus componentes, puede inducir contracciones uterinas peligrosas.
Aunque algunas variedades de anís pueden ser utilizadas en pequeñas cantidades, se aconseja evitar infusiones con anís, dado que algunas formulaciones contienen trans-anetol, un componente relacionado con efectos tóxicos durante el embarazo.
La hierba luisa es otra infusión prohibida para embarazadas, ya que puede estimular el útero y provocar contracciones prematuras, por lo que su uso se asocia a riesgos potenciales para el embarazo.
Además de las anteriores, se deben evitar infusiones a base de aloe vera, boldo, ruda, ginkgo biloba, eucalipto y perejil, entre otros. Estas hierbas han sido relacionadas con efectos adversos como contracciones uterinas, abortos espontáneos, e incluso, en algunos casos, infección previa a defectos en el desarrollo fetal.
Adoptar una estrategia segura sobre el consumo de infusiones durante el embarazo es fundamental para mantener la salud tanto de la madre como del bebé. A continuación se brindan algunas orientaciones básicas:
Antes de incluir cualquier infusión en tu dieta, es vital consultar con un médico, ginecólogo o especialista en nutrición. Ellos pueden evaluar tu situación particular y brindar recomendaciones personalizadas según tu historial médico y etapa del embarazo.
Incluso las infusiones consideradas seguras deben ser consumidas en cantidades moderadas. Se recomienda optar por preparaciones de un único componente para evitar mezclas que pudieran incluir ingredientes no seguros o concentraciones excesivas de ciertos compuestos.
Algunas hierbas que se deben evitar en infusión, como la salvia o el poleo, pueden utilizarse de forma culinaria para condimentar alimentos. En estos casos la concentración de componentes activos suele ser menor, pero es prudente seguir las indicaciones de un profesional para evitar riesgos.
La siguiente tabla resume de manera comprensiva cuáles infusiones son seguras, cuáles deben evitarse y algunos comentarios adicionales relevantes:
Infusión | Seguridad | Detalles y Recomendaciones |
---|---|---|
Manzanilla | Segura | Propiedades relajantes y digestivas. Consumir moderadamente. |
Jengibre | Segura | Alivia náuseas y mejora la digestión. Uso frecuente en el primer y segundo trimestre. |
Tila | Segura | Contribuye a calmar la ansiedad y mejorar el sueño. |
Rooibos | Segura | Sin cafeína y rica en antioxidantes, ideal para evitar estimulantes. |
Hojas de Frambuesa | Segura (después de semana 24) | Tonifica el útero; consultar con el médico para su inclusión precisa. |
Salvia | A evitar | Puede elevar presión arterial y estimular el útero. |
Regaliz | A evitar | Asociado a hipertensión y riesgo de parto prematuro. |
Poleo o Poleo-Menta | A evitar | Contiene compuestos que pueden inducir contracciones uterinas. |
Anís | A evitar | Riesgo por componentes tóxicos en algunas variedades. |
Hierba Luisa | A evitar | Puede estimular el útero y provocar contracciones. |
Otras (Aloe vera, Boldo, Ruda, Ginkgo, Eucalipto, Perejil) | A evitar | Riesgos potenciales de contracciones, abortos espontáneos y otros efectos adversos. |